LA PROPIEDAD DEL CENTRO HA LLEVADO A CABO UN GENEROSO PLAN DE AYUDA ECONÓMICA A SUS ARRENDATARIOS CON EL FIN DE PALIAR LOS EFECTOS DEL COVID-19

Tras el periodo de confinamiento por la alarma sanitaria y el obligado cierre de la mayor parte del centro comercial, todas las tiendas, bares y restaurantes de La Morea están ya abiertos al público. La única excepción son las salas del cine Golem, que tienen prevista su reapertura en los inicios del mes de julio.

Para paliar los efectos ocasionados a sus arrendatarios debido al decreto del estado de alarma, la Propiedad de La Morea tomó la decisión de no cobrar los alquileres de la segunda quincena de marzo y de los meses de abril y mayo.

En el presente mes de junio y con el fin de garantizar las condiciones de continuidad de los negocios que han reabierto sus puertas, la renta habitual se ha reducido a la mitad. Con este aporte de confianza de la Propiedad y el esfuerzo de las firmas que operan en La Marea, la mayor parte de las plantillas de las tiendas han retomado sus puestos de trabajo dejando atrás los ERTES, con el efecto positivo que esto conlleva para la economía en general.

Tras el regreso, el hecho más importante a señalar es la positiva reacción de la clientela. Haciendo gala de gran responsabilidad, los visitantes del Centro Comercial portan su propia mascarilla, respetan las distancias mínimas y utilizan los geles desinfectantes situados en las accesos al centro y en cada una de las tiendas. La Morea, habiendo dispuesto todas las medidas necesarias recomendadas por las autoridades sanitarias y respetando los aforos permitidos en todo momento, está acogiendo un gran numera de clientes de forma paulatina y con muy buena disposición de consumo.

La Marea se dirige con cautela, pero muy decidida, hacia la ansiada normalidad.